Un jardín enorme, una pequeña terraza surgen de la fuerza de crear un espacio único. Los pequeños espacios tienen la virtud de concentrar en su pequeñez, como la rama nueva que nace del árbol, toda la energía de la raíz, del agua y del aire. Una pequeña pieza, un simple ramo o un centro de flores, representa la posibilidad infinita de un extenso paisaje.