Una princesa en el reino de Florín
Una princesa en el reino de Florín surge como una instalación para una sesión fotográfica. La historia que se cuenta a través de las imágenes cobra vida en la puesta en escena. Este es un espacio intervenido donde Florín, habitante de la nave abandonada, se convierte en partícipe, a través de su historia, de la propia transformación del espacio, en el que aparece el personaje de la modelo como una princesa y la ensoñación de un palacio que no esconde las ruinas ni las miserias de las que surge.